“Después de todo la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida"(Benedetti)
No tuve el placer de conocer
a Eugenio (del Team), ni tampoco el placer de correr a su lado (me imagino habría sido una muy grata experiencia), pero, siempre es una triste noticia saber que nos abandona
un runner para correr en las grandes ligas.
Un runner o un fondista es
una persona especial, es una persona valiente, audaz, esforzada, trabajadora,
voluntariosa, llena de fuerza y garra, y a la vez equilibrada y templada, con
convicción y mucha motivación. No me cabe duda que Eugenio debió de haber
reunido todas esas características y más.
La vida es una larga
maratón, el comienzo no está falto de inconvenientes o molestias, luego uno se
asienta y agarra ritmo, pero no por eso desaparecen las molestias, estas pueden
volver, nos llega el cansancio, la fatiga y alguna que otra dolencia, pero el
final es siempre sublime, lleno de satisfacción por la tarea cumplida, por el
esfuerzo desplegado sin restricciones, lleno de alegría por la experiencia
cumplida. Eugenio ganó esa maratón por lejos.
No pareciera tener sentido
hablar sobre el tema, no existe consuelo suficiente que borre el dolor de la
partida, solo el paso del tiempo calma las tormentosas aguas de la pena y el
dolor, pero el recuerdo permanece, es indeleble y sempiterno, cada corrida es
inolvidable, cada compañero, cada conversación, cada consejo, cada sonrisa.
Cada amigo runner que nos
deja permanece en nuestros corazones, en nuestros músculos, en nuestros
tendones, articulaciones y pulmones, permanece en nuestro espíritu dándonos fuerzas
una y otra vez para terminar cada competencia, para terminar cada maratón, para
terminar la carrera de la vida.
“Así como una jornada bien empleada
produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte”. (Da Vinci)
A Eugenio y su familia.